3 tendencias gastronómicas para 2019

Propuestas casual, healthy y que se comparten en las redes

Nuestros hábitos alimenticios están cambiando y ello trae consigo también un cambio en las formas de consumo, donde se veneran las recetas saludables y las preparaciones en las que prima el verde o en las que se apuesta por los superalimentos. Comida casual, healthy e incluso de origen orgánico o elaborada con ingredientes de proximidad parecen ser las máximas que rigen el tipo de gastronomía que quiere consumirse actualmente.

 

Este nuevo devenir, marcado tanto por los nuevos gustos culinarios como por los nuevos modelos de consumo -en los que predominan las preparaciones casuales, rápidas, pero sin perder ni un ápice de calidad- provoca, irremediablemente, que se alteren también los patrones en el ámbito de la restauración. Los negocios se ven abocados a adaptarse a las necesidades de este nuevo cliente, de paladar más exigente, y a trabajar para ganárselo, ya sea a través de la innovación, sorprendiéndolo, o bien de la mano de propuestas que atiendan directamente a sus necesidades.

 

Porque si hablamos de tendencias en alimentación, hablamos de tendencias gastronómicas. ¿Cuáles son las que, apuntan los expertos, traerá consigo 2019? Hoy analizamos 3 tendencias en el sector HoReCa que prometen destacar estos próximos 12 meses:

 

Verde que te quiero verde


Las corrientes vegetarianas, veganas, flexiveganas u omnívoras parecen haberse despojado de la etiqueta de moda social para convertirse en una realidad cada vez más extendida e irrefutable. Según un estudio elaborado por The Economist, basado a su vez en lo que apuntan varias consultoras internacionales de renombre, 2019 será el año del veganismo. Ya está empezándose a notar: el 25% de los estadounidenses (el país donde más carne se consume) de entre 25 y 34 años afirman ser veganos o vegetarianos; el crecimiento del movimiento es vertiginoso si tenemos en cuenta que en 2015 las encuestas sólo apuntaban un 3,4% de vegetarianos y un 0,4% de veganos.

 

Los chefs comienzan a añadir platos vegetarianos a sus menús y las grandes cadenas de alimentos también se suben al carro del veganismo. Destaca también la proliferación de “carne” vegana, registrando subidas en las ventas.

 

Cruzada contra el azúcar y apuesta por las grasas saludables


No nos pilla de nuevas, el azúcar se ha convertido en el blanco de todas las cruzadas. Y no sólo están en el punto de mira de los nutricionistas, cada vez más en los ojos de aquellos que, como dice Carlos Ríos, han decidido salir de Matrix. Nos fijamos en las etiquetas de los alimentos de consumo diario en busca de las cantidades de azúcar y no nos dejamos engañar tan fácilmente por todo aquello que se vende como saludable.

 

Como alternativas a los paladares golosos, se prevé una fuerte apuesta por los endulzantes naturales, entre los que se encuentran verduras como la zanahoria, la remolacha, la calabaza, el maíz y algunas frutas como los dátiles o los plátanos. El movimiento viene de la mano del culto a lo healthy, en el que no se lapida a todas las grasas sino que incluso se venera a aquellas saludables: aguacate, mantequilla de cacahuete 100%, coco y AOVE encabezan la lista de alimentos en boga.

 

Consumidores conscientes y conectados


Por mucho filtro que se ponga, para fotografiar comida hace falta una buena iluminación. Parece una trivialidad, pero la revolución gastronómica viene de la mano de la tecnología y con el foodie enganchado a Instagram, iPhone en mano para compartir con todo el mundo aquello a lo que está a punto de hincarle el diente. Las malas fotos en redes sociales son un lastre para los locales y los hosteleros comienzan a darse cuenta de la importancia de contar con una buena reputación online. Apostar por estos nuevos canales y ofrecer, incluso, experiencias gastronómicas que se apoyen en el entorno 2.0. apuntan a ser los deberes en los que el ramo hostelero tiene que empezar a trabajar.

 

Del mismo modo, el consumidor se ha vuelto mucho más exigente, y no sólo en cuestiones de paladar; lo que se conoce como “consumidor consciente” identifica a un cliente que quiere disponer de toda la información para poder decidir. No sólo leemos más las etiquetas, tendencia respaldada por los gobiernos, incluso, también exigimos conocer la procedencia de aquello que nos vamos a comer; conceptos como “comercio justo”, “kilómetro cero” o “bienestar animal” comienzan a calar hondo.